Brian Babo

 

Montgomery, Thomas. “The Cid and the Count of Barcelona .” Hispanic Review 30.1 (1962): 1-11.  

Este estudio, que emplea una aproximación histórica, se trata de la breve relación entre el Cid y el Conde de Barcelona. Montgomery nota que este episodio no queda bien con el resto del poema. Él dice, “and the reader…may be inclined to wonder why this episode is included at all” (1). Montgomery  explica que los dos se han encontrado antes en una batalla y por eso en el segundo encuentro el conde maltrata al Cid. Éste motiva al Cid que el conde humille al Cid después de ganar la segunda batalla. Había fiesta después de ganar la batalla y el Conde, como un capturado, fue forzado a comer y a celebrar en la fiesta de su propia perdida. Montgomery llama atención unas veces en el artículo al verso en el poema que dice “el conde es muy follón” (1). Él explica que este enemigo es ridiculizado más que los demás que son nobles ricos y no son castellanos no sólo porque no es castellano sino porque es más rico y más “poderoso” que los otros enemigos.  

Este estudio es un análisis de un evento, o sea de un episodio del Poema y de su valor. Montgomery explica unas veces que el episodio no debe estar en la obra. No estoy de acuerdo con este punto de vista. El Cid encuentra a unos enemigos que al principio parece muy lleno de orgullo y peligroso para nuestro Cid que parece más humilde y débil que los oponentes. Y como siempre el Cid gana e hace que los oponentes parececen bajos y débiles. Este episodio muestra todos los poderes del Cid en temas de la guerra. No sólo muestra los poderes del Cid en ganar a sus oponentes completamente sino también muestra los poderes literarios del autor del poema en humillar al conde.

 

de Armas, F. A. “La Celestina: An Example of Love Melancholy.” Romantic Review 66.4 (1975): 288-295.  

En este artículo de Armas argumenta que el amor melancólico existe en La Celestina. Armas dice al principio que el amor que Calisto se siente hacia Melibea no puede ser un amor puro porque ella ni siquiera puede casarse con él a causa de la desigualdad de sus clases sociales. También no es un amor bueno porque los sentimientos de Calisto completamente lo controlan. De Armas dice, “Calisto appears slothful not wanting to rise from his bed; yet, at other times,…he asks for his horse to go by Melibea’s house” (290). Y además Melibea solamente logra a tener sentimientos para Calisto porque es persuadida por Celestina quien es conocida como bruja y ella también usa la ayuda del diablo para hacer que Melibea sienta pena por Calisto.  

Es evidente que el amor en La Celestina no es un amor ni perfecto ni puro y claro, o sea, que no es un amor ideal. Pero no estoy de acuerdo con la idea que es “amor melancólico”. No me parece que los personajes están siempre deprimidos y tristes, excepto Calisto en algunos casos. Lo malo de todo es que, especialmente para Melibea y Calisto, el amor que sienten es lo que los lleva a sus caídos. Y como en la historia de Adán y Eva, es una tentación carnal que hace que el hombre (Calisto) no pueda entrar en el paraíso (el jardín de Melibea). Entonces no me parece que sea un amor melancólico porque por lo menos los personajes tienen unas instancias de lo bueno que viene con el amor. Este artículo ayuda al lector de la obra por si nada más destaca los eventos más importantes en cuanto a la relación entre Calisto y Melibea. También explica bien el carácter de Celestina y cuán mala es ella.

 

Dutton, Brian. “’Con Dios en Buen Amor’: A Semantic Analysis of the Title of the Libro de buen amor.” Bulletin of Hispanic Studies. 43.3 (1966): 161-176.  

En este estudio Dutton explora los usos y las ambigüedades del término “buen amor”. Él dice en la primera página que puede querer decir el amor cortés o el amor de Dios. Dutton da muchos ejemplos del término “buen amor” en la literatura antes de Juan Ruiz para mostrar la gran ambigüedad de este término y de donde Juan Ruiz debía haber aprendido el término. Puesto que esta obra estaba leída a un público , Dutton llega a la conclusión que un oyente de la obra habría notado las instancias donde el término quería decir el amor de Dios y las donde quería decir el amor cortés. Hoy en día tenemos que utilizar la lingüística y el contexto para evitar este problema de ambigüedad, dice Dutton.  

Este artículo da un análisis muy completo del término “buen amor”. Dutton utiliza la buena estrategia de analizar la literatura que Juan Ruiz debía haber leído para encontrar el significado deseado de este término en su obra. Entonces debemos considerar este estudio como una crítica formalista y una histórica. En mi opinión es un análisis bueno pero Dutton da demasiados ejemplos de la literatura antigua y a veces da unos ejemplos donde no explica exactamente lo que quiere decir “buen amor” en ese contexto.

 

Menéndez, Pidal. “Poesía popular y Romancero: IX. Poesía popular y poesía tradicional.” Revista de filología española 3 (1916): 270-276.  

Este artículo examina la pequeña diferencia entre la poesía tradicional y la popular y qué clase de obras deben llevar el nombre la tradicional o la popular. Menéndez Pidal dice, al contrario de los que propone que cada obra tiene que tener un autor bien individualizado, aunque sea anónimo, que “El romancero, en suma, como toda verdadera poesía tradicional, puede con razón tenerse por un producto colectivo” (272) sin negar el origen individual. Es el autor que crea la obra, no el pueblo,ni la cultura ni las tradiciones de él pero sí tienen una influencia. Menéndez Pidal también explica que la primera versión de la obra podría ser bien diferente que el producto final a causa de la interpretación del lector y de su público. Y además, él dice que la otra gente que escribe sus propias versiones no copia la trama de la obra sino “se imitan de lejos” (275). Al final Menéndez nota que la poesía trasmitido boca a boca debe llevar el nombre poesía tradicional mientras la poesía escrita para el pueblo, y no por el pueblo, debe llevar el nombre poesía popular.  

El estudio de Menéndez está bien escrito y muy fácil de entender. Es un estudio que no necesariamente requiere un conocimiento de las obras españolas y medievales porque es un estudio filológico. Examina el ambiente en el que se crea un poema popular y explica bien que el original pertenece al autor y no al pueblo o público. Pero en mi opinión esto no produce ningunos resultados muy profundos. Me imagino que cualquier estudiante de la segundaria que ha estudiado la literatura antigua ya se habría enterado en el hecho que la literatura de cualquier cultura, no sólo la española, cambia durante los años a pesar de no sabe la diferencia entre los términos popular y tradicional..

 

Benaim de Lasry, Anita. “A Comparison of Courtly Love in the Sentimental Fiction of Medieval Spain and of Muslim Spain .” Al-Qantara 2.1-2 (1981): 129-143.

Este artículo, como se ve en el título, es simplemente una comparación de la literatura de la España medieval, y sobretodo cristiano, y la de la España musulmana para demostrar la influencia árabe en la ficción sentimental. Benaim de Lasry da muchos ejemplos de los aspectos del amor que tienen en común las obras Cárcel de amor y Tawq al-Hamama de Diego de San Pedro y de Ibn Hazm respectivamente. Entre aspectos que tienen en común, Benaim de Lasry dice que en las dos obras el amor a primera vista se va después de un rato y que los amantes no deben mostrar la emoción que sienten. Dice que la unión de las almas es una clase de amor mejor que la unión de cuerpos. Pero el resultado más profundo es que los dos autores están de acuerdo que el amor cortés no es un amor deseado porque siempre va a haber un amante que es inferior al otro.

Este estudio es muy fácil de entender, presenta su contenido de una forma muy clara y organizada. Las semejanzas que Benaim de Lasry extrae de las dos obras son bien relevantes para su meta. Claro que es un buen estudio pero ella nos da ejemplos de sólo dos obras. Para apoyar su posición más, ella habría dado ejemplos de otras obras de cada una de las culturas. Pero sobretodo ella defiende bien su posición.